Por: Yaimer Mujica Pérez.
Para
quienes residen en Chambas, o en algún momento de sus vidas habitaron este municipio
del norte avileño, el motel “Aguas Azules” significa recuerdos, alegría, y por
qué no, hasta cierta nostalgia. Cada verano, este centro recreativo se llena de
miles de vacacionistas, ávidos del disfrute entre familiares y amigos.
Sin
embargo, desde hacía 3 años, la naturaleza pretendía acabar con este panorama.
La intensa sequía que afectó a Cuba, hizo borrar de la noche a la mañana, el
vital líquido que llenaba de manera natural la piscina del lugar. Entonces
muchos se preguntaron, ¿para qué llamarlo Aguas Azules? ¿habría que cambiarle
el nombre?
Pero
dice un viejo refrán que no hay mal que por bien no venga. Y esa profecía, se
cumplió. Mientras el amanecer del día 9 de septiembre de 2017, nos dibujaba un panorama
muy triste, sobre todo por la afectación de más del 40% de las viviendas de
Chambas a causa del huracán Irma, también una noticia alentadora corrió de voz
en voz: ¡El agua retornó al motel “Aguas Azules”!, y el suceso mitigó el dolor
del momento.
Hoy,
el panorama es otro, y tal vez sea el anuncio de que el próximo verano será
diferente a las más recientes etapas estivales. Claro, para ello con agua no
basta, a eso debe sumársele la reparación de este centro recreativo, algo que según
anunciaron las autoridades, está incluido en los planes del presente año. Trabajar en función de ello desde ya resulta
imprescindible, pues tampoco es menos cierto que en no pocas ocasiones todo se deja
para el final, y reina entonces la chapucería.
Por
ahora, no estropeemos la alegría, y esperemos con ansias ese baño anhelado en “Aguas
Azules”, solo quedan algunos meses para concretar este deseo, cuando el
invierno tropical se despida, y las enguatadas regresen a los armarios.
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