El
Gobierno Revolucionario de la República de Cuba denuncia la escalada de
presiones y acciones del Gobierno de los Estados Unidos para preparar una
aventura militar disfrazada de “intervención humanitaria” en la República
Bolivariana de Venezuela y llama a la comunidad internacional a movilizarse
para impedir que se consume.
Entre
el 6 y el 10 de febrero de 2019, se han realizado vuelos de aviones de
transporte militar hacia el Aeropuerto Rafael Miranda de Puerto Rico, la Base
Aérea de San Isidro, en República Dominicana y hacia otras islas del Caribe
estratégicamente ubicadas, seguramente sin conocimiento de los gobiernos de
esas naciones, que se originaron en instalaciones militares estadounidenses
desde las cuales operan unidades de Fuerzas de Operaciones Especiales y de la
Infantería de Marina que se utilizan para acciones encubiertas, incluso contra
líderes de otros países.
Medios
políticos y de prensa, incluso norteamericanos, han revelado que figuras
extremistas de ese gobierno, con una larga trayectoria de acciones y calumnias
dirigidas a provocar o alentar guerras, como el Asesor de Seguridad Nacional
John Bolton, el Director del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad
Nacional, Mauricio Claver-Carone, con la participación del Senador de la
Florida, Marco Rubio, diseñaron, gestionaron el financiamiento y organizaron
directa y detalladamente, desde Washington, el intento de golpe de estado en
Venezuela mediante la ilegal autoproclamación de un presidente.
Son
ellos mismos los que, personalmente o a través del Departamento de Estado,
vienen realizando presiones brutales contra numerosos gobiernos para forzar su
apoyo al llamado arbitrario a nuevas elecciones presidenciales venezolanas,
mientras promueven el reconocimiento al usurpador que apenas cuenta con 97 mil
votos como parlamentario, frente a los más de 6 millones de venezolanos que el
pasado mes de mayo eligieron al Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros.
Tras
la resistencia al golpe ofrecida por el pueblo bolivariano y chavista,
demostrada en las masivas manifestaciones de apoyo al Presidente Maduro y en la
lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el Gobierno de los Estados
Unidos ha intensificado su campaña política y mediática internacional y
recrudece las medidas económicas coercitivas unilaterales contra Venezuela,
entre las que puede citarse el bloqueo en bancos de terceros países de miles
millones de dólares pertenecientes a Venezuela y el robo de los ingresos de las
ventas de petróleo de esa hermana nación, lo que está provocando graves daños
humanitarios y duras privaciones a su pueblo.
Junto
a este cruel e injustificable despojo, EE.UU. pretende fabricar un pretexto
humanitario para iniciar una agresión militar contra Venezuela y se ha
propuesto introducir en el territorio de esa nación soberana, mediante la
intimidación, la presión y la fuerza, una supuesta ayuda humanitaria, que es
mil veces inferior a los daños económicos que provoca la política de cerco,
impuesta desde Washington.
El
usurpador y autoproclamado “presidente” declaró desvergonzadamente su
disposición a reclamar una intervención militar de Estados Unidos con el
pretexto de recibir dicha “ayuda humanitaria”, y ha calificado el rechazo
soberano y digno a esa maniobra como “un crimen de lesa humanidad”.
Altos
funcionarios estadounidenses recuerdan cada día, con arrogancia y desfachatez
que, en relación con Venezuela, “todas las opciones están sobre la mesa,
incluida la militar”.
En
el proceso de fabricación de pretextos, el gobierno de Estados Unidos ha
acudido al engaño y la calumnia al presentar un proyecto de resolución en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que, cínica e hipócritamente,
expresa una grave preocupación por “la situación humanitaria y de derechos
humanos…, los intentos recientes de bloquear la prestación de ayuda
humanitaria, la existencia de millones de migrantes y refugiados…, el uso
excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, la situación de ruptura
de la paz y la seguridad regionales” en Venezuelae insta “a adoptar las medidas
necesarias”.
Es
evidente que Estados Unidos prepara el terreno para establecer por la fuerza
“un corredor humanitario” bajo “protección internacional”, invocar la
“obligación de proteger” a los civiles y aplicar “”todas las medidas
necesarias”.
Es
indispensable recordar que conductas similares y pretextos parecidos fueron
adoptadas por Estados Unidos en el preludio de las guerras que lanzó contra
Yugoslavia, Iraq y Libia, al precio de inmensas pérdidas de vidas humanas y de
enormes sufrimientos.
El
gobierno estadounidense intenta eliminar el obstáculo mayor que representa la
Revolución Bolivariana y Chavista al ejercicio de la dominación imperialista
sobre “Nuestra América” y al despojo al pueblo de Venezuela de la primera
reserva certificada de petróleo del planeta y de otros cuantiosos y
estratégicos recursos naturales.
No
puede olvidarse la triste y dolorosa historia de intervenciones militares de
los Estados Unidos, en más de una ocasión en México, Nicaragua, República
Dominicana, Haití, Cuba, Honduras y más recientemente en Granada y Panamá.
Como
alertó el 14 de julio de 2017 el General de Ejército Raúl Castro Ruz: “la
agresión y la violencia golpista contra Venezuela dañan a toda “Nuestra
América” y solo benefician los intereses de quienes se empeñan en dividirnos
para ejercer su dominación sobre nuestros pueblos, sin que les importe generar
conflictos de consecuencias incalculables en esta región, como los que estamos
presenciando en diferentes lugares del mundo”.
La
Historia juzgará severamente una nueva intervención militar imperialista en la
región y la complicidad de quienes irresponsablemente lo acompañen.
Se
decide hoy en Venezuela la soberanía y la dignidad de América Latina y el
Caribe y de los pueblos del Sur. Se decide también la supervivencia de las
normas del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Se define
si la legitimidad de un gobierno emana de la voluntad expresa y soberana de su
pueblo o del reconocimiento de potencias extranjeras.
El
Gobierno Revolucionario llama a la movilización internacional en defensa de la
paz en Venezuela y en la región, basada en los principios de la Proclama de la
América Latina y el Caribe como Zona de Paz adoptada con la firma de los Jefes
de Estado y Gobierno de la CELAC en 2014.
Expresa
su bienvenida y apoyo al Mecanismo de Montevideo, iniciativa de México,
Uruguay, la Mancomunidad del Caribe (CARICOM) y Bolivia,que busca preservar la
paz en Venezuela basado, como dice su reciente Declaración, en los principios
de no intervención en los asuntos internos, la igualdad jurídica de los Estados
y la solución pacífica de controversias.
Saluda
la favorable acogida a dicha iniciativa por parte del Presidente Maduro Moros y
la comunidad internacional, y expresa preocupación ante el rechazo categórico
del Gobierno estadounidense a las iniciativas de diálogo promovidas por varios
países, incluida esta.
El
Gobierno Revolucionario reitera su firme e invariable solidaridad con el
Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, la Revolución bolivariana y
chavista y la unión cívico-militar de su pueblo y hace un llamado a todos los
pueblos y gobiernos del mundo a defender la Paz y a oponerse unidos, por encima
de diferencias políticas o ideológicas, para detener una nueva intervención
militar imperialista en la América Latina y el Caribe que dañará la
independencia, la soberanía y los intereses de los pueblos del Río Bravo a la
Patagonia.
La
Habana, 13 de febrero de 2019
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