Declaración
del Ministerio de Relaciones Exteriores
Como
se alertó en la Declaración del MINREX del 29 de agosto de 2019, el gobierno de
los Estados Unidos ha desplegado, desde el año pasado, una intensa e injuriosa
campaña contra la colaboración médica que Cuba ofrece, combinada con la amenaza
de sanciones a dirigentes cubanos y presiones contra los Estados receptores
para que prescindan de ella.
Dirigida
detalladamente desde el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, cuenta
con la activa participación de senadores y congresistas asociados a la mafia
anticubana de la Florida y de frenéticos funcionarios del Departamento de
Estado.
Acusan
a Cuba de supuesta “esclavitud moderna” y “trata de personas” que laboran en el
sistema de salud cubano, con fines de explotación, o de alegada injerencia de
estos en asuntos internos de los Estados en que están ubicados.
Intentan
además restablecer el llamado “Programa de Parole para Profesionales Médicos
Cubanos”, existente hasta el 12 de enero de 2017, como sustento de una activa
gestión de incitación a la deserción, pago de pasajes y servicios legales,
provisión de visas estadounidenses y documentos de viaje a cooperantes en
terceros países con el propósito de sabotear los acuerdos bilaterales firmados
con estos, privarlos de sus servicios y despojarnos de recursos humanos
altamente calificados.
En
mayo de 2019, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos
organizó una Conferencia en la sede de dicha organización sobre los supuestos
crímenes de lesa humanidad cometidos por Cuba, en relación con la cooperación
médica cubana en el exterior.
En
junio, el Departamento de Estado, en su Informe sobre la Trata de Personas
2019, denigró la cooperación médica internacional de Cuba y, un mes después,
impuso sanciones de restricción de visas a funcionarios cubanos vinculados con
las misiones médicas.
Después,
la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), institución estadounidense
que aporta fondos para los programas de subversión contra el Gobierno de Cuba,
destinó 3 millones de dólares para proyectos dirigidos contra las brigadas
médicas de Cuba en el exterior.
La
persecución de Estados Unidos se inició por América Latina y ha forzado el cese
de los programas de cooperación en Brasil, Ecuador y Bolivia.
El
fascista y servil Presidente brasileño Jair Bolsonaro denigró y expulsó
factualmente a nuestros médicos especialistas quienes, al amparo de un acuerdo
tripartito con la Organización Panamericana de la Salud, desde agosto de 2013
hasta noviembre de 2018, atendieron a 113 millones 359 mil pacientes, en más de
3 mil 600 municipios y dieron cobertura permanente a 60 millones de brasileños.
En
nuestro país, 1214 estudiantes brasileños se graduaron de medicina.
Esa
decisión le permitió mostrarse complaciente con el gobierno norteamericano y
desmontar un programa dirigido a familias de bajos ingresos, dentro de una
política brutal de reversión de conquistas sociales alcanzadas durante los
gobiernos progresistas del Partido de los Trabajadores.
Altos
funcionarios de los Estados Unidos han usado la calumnia de que las brigadas
médicas cubanas en la República Bolivariana de Venezuela son tropas militares,
lo que Bolsonaro repitió como un papagayo, en septiembre de 2019, durante su
discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas, triplicando de manera
ridícula, por maldad o ignorancia, la cifra mentirosa e infundada, utilizada
por Washington.
Funcionarios
del Departamento de Estado, de la Agencia para el Desarrollo Internacional
(USAID) y de Embajadas estadounidenses han acudido a autoridades nacionales,
como en Guatemala, para inquirir de forma perentoria y sospechosa, datos
precisos de la cooperación médica cubana con el objetivo de encontrar la manera
de eliminarla.
En
mayo de 2019, la Embajada de Estados Unidos en Ecuador reclamó a altos
funcionarios del gobierno información detallada sobre los convenios y los
servicios de los cooperantes cubanos. Cinco meses después, el gobierno
ecuatoriano los dio por terminados, de forma inmediata pese a su inminente
expiración, alegando razones económicas.
Desde
el inicio de la colaboración médica en este país, brindaron sus servicios un
total de 3 mil 565 profesionales de la salud cubana. Se realizaron 6 millones
749 mil 666 consultas médicas, 212 mil 360 intervenciones quirúrgicas, se
asistieron 3 mil 548 partos y se aplicaron 100 mil 84 dosis de vacunación.
Participaron en la “Operación Milagro” 153 colaboradores, programa mediante el
cual se realizaron 168 mil 543 intervenciones quirúrgicas. Como resultado de la
Misión Solidaria “Manuela Espejo”, fueron atendidas 825 mil 576 personas, de
ellas 35 mil 257 en consultas especializadas de neurofisiología y
otorrinolaringología y a 21 mil 62 pacientes se les hicieron estudios de
genética clínica.
También,
terminaron sus estudios en Cuba, 2093 jóvenes ecuatorianos.
En
octubre, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador solicitó conocer el
propósito del viaje a ese país de una lista de ciudadanos cubanos portadores de
pasaportes diplomáticos y oficiales. Luego, la Ministra de Gobierno declaró
injuriosamente que varios cubanos, asociados a los convenios de cooperación,
participaron en las protestas que el pueblo ecuatoriano protagonizó contra la
aplicación de medidas neoliberales en ese periodo.
Como
se ha comprobado, ningún cubano fue participante u organizador de esas masivas
manifestaciones populares y ni un solo pasaporte oficial o diplomático fue
indebidamente utilizado. Los manipuladores no han podido presentar una sola
evidencia.
El
Estado cubano expide los pasaportes diplomáticos, oficiales y de servicio, en
correspondencia con lo establecido en la Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas y Consulares, y garantiza que los titulares cumplan con lo
establecido para el uso adecuado de los mismos.
Durante
el golpe de estado en Bolivia, la
Embajada de Estados Unidos en La Paz instigó, condujo y participó
directamente en acciones hostiles de fuerzas policiales y, sorprendentemente de
bomberos, contra los cooperantes cubanos. Como se denunció públicamente,
funcionarios norteamericanos participaron directamente en dichos actos,
utilizando el auto diplomático estadounidense con matrícula 28 CD-17.
En
esos días, se produjeron 26 incidentes graves contra nuestros cooperantes,
incluida la golpeadura de dos de ellos; la incitación pública de autoridades
golpistas a la violencia; registros
brutales a sus personas, pertenencias y domicilios; acusaciones falsas, la
detención temporal arbitraria de 50 colaboradores de la salud, 4 de ellos por
varios días.
Ante
esta situación, el gobierno cubano se vio obligado a proceder al retorno
inmediato de nuestro personal y rechazó contundentemente las declaraciones
mentirosas del llamado Ministro de Salud golpista que exagera descaradamente el
monto de los estipendios de los especialistas médicos cubanos, en realidad inferior
al de los médicos generales bolivianos; y oculta que Cuba no recibió un centavo
de beneficio de esta cooperación.
La
Brigada Médica Cubana en Bolivia, integrada por un 54% de mujeres, estaba
compuesta por 406 médicos de 32 especialidades como Medicina General Integral,
Pediatría, Medicina Interna, Ginecología y Obstetricia, Anestesiología y
Reanimación, Oftalmología, Cirugía General, Ortopedia y Traumatología, Medicina
Intensiva y Emergencia, Neonatología, entre otras. Igualmente desplegaban una
destacada labor, 258 licenciados en tecnologías de la salud como imagenología,
endoscopia, electromedicina, laboratoristas clínicos, rehabilitadores y
enfermería.
En
estos años de trabajo, ofrecieron 73 millones 330 mil 447 consultas y
realizaron 1 millón 529 301 intervenciones quirúrgicas. Asistieron 60 mil 640
partos, aplicaron 22 mil 221 vacunas y realizaron 508 mil 403 cirugías
oftalmológicas.
En
las universidades cubanas, se han graduado 5184 médicos bolivianos.
La
persecución y búsqueda de información ha incluido intentos de interrogar al
personal cubano por “diplomáticos” de Estados Unidos en los propios centros de
salud donde este labora en el exterior, incluso en África Norte y Medio
Oriente.
Es
inmoral e inaceptable que se cuestione la dignidad, la profesionalidad y el
altruismo de los más de 400 mil colaboradores cubanos de la salud que, en 56
años, han cumplido misiones en 164 naciones.
Se
destacan sus hazañas en la lucha contra el ébola en África, la ceguera en
América Latina y el Caribe, el cólera en Haití y la participación de 26
brigadas del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Desastres y
Grandes Epidemias “Henry Reeve” en Pakistán, Indonesia, México, Ecuador, Perú,
Chile y Venezuela, entre otros.
Con
el mismo desinterés y consagración, en Cuba se han formado de manera gratuita
35 mil 613 profesionales de la salud de 138 países.
En
el caso de las naciones con condiciones económicas más desfavorables, Cuba
asume prácticamente los gastos de la colaboración. De igual modo y en línea con
las concepciones de las Naciones Unidas sobre la cooperación entre países en
desarrollo, esta se ofrece en otras naciones sobre la base de la
complementariedad y la compensación parcial por los servicios prestados.
Los
técnicos y profesionales cubanos que participan en esos programas lo hacen
absolutamente de manera libre y voluntaria. Durante el cumplimiento de su
misión, continúan recibiendo íntegramente su salario en Cuba y disponen,
además, de un estipendio en el país de destino, junto a otras prestaciones.
Cuando
Cuba recibe compensación por la cooperación prestada, esos colaboradores tienen
el mérito de brindar un aporte justo y totalmente legítimo para el
financiamiento, la sostenibilidad y el desarrollo del sistema de salud masivo y
gratuito, accesible a todos los cubanos, así como para los programas de
cooperación que se despliegan, sin ningún pago a nuestro país, en muchas partes
del mundo.
Conforme
declaramos el pasado 29 de agosto, el acceso a la salud es un derecho humano.
La cruzada de los Estados Unidos contra la cooperación médica internacional es
un acto infame y criminal contra los pueblos necesitados de asistencia médica,
que no podrá opacar el aporte solidario y humano de los 29 mil profesionales de
la salud cubanos, quienes con enorme sacrificio y comprensión de sus
familiares, ofrecen servicios actualmente a 65 naciones.
La
actitud del Gobierno de Estados Unidos en este asunto es despreciable. La
respuesta de Cuba es firme: continuaremos salvando vidas y procurando la salud
y el bienestar por el mundo, al límite de nuestras posibilidades, donde quiera
que se nos solicite.
La
Habana, 5 de diciembre de 2019.
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