Apenas
tiene 10 años, y aunque la ingenuidad infantil no le permite entender la
magnitud real de la COVID-19, el niño chambero Danny Leandro González Bringas ha convertido su casa en
aula.
Ojalá
y cuando desaparezca el fantasma de esta enfermedad en Cuba y el Mundo, él
vuelva a su escuela primaria “Antonio Maceo”, mientras tanto, sabe que ahora no
hay lugar más seguro que su propio hogar. Escuche esta historia que nos propone
el periodista Yaimer Mujica Pérez:
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