Por:
Yaimer Mujica Pérez.
La
muerte de un hijo es un dolor irreparable, y a no pocos puede parecer un frase
hecha o cursi, pero historias como la de Felicita Juana Martín García, no dan
espacio a afirmar otra cosa. No obstante, ella convirtió ese perenne
sufrimiento en deseos de rodearse de niños y niñas, tal vez, por la inercia inevitable
en la que se transforma el ciclo vital.
Ella
creó hace 11 años el proyecto comunitario infantil "Sonrientes Mariposas", en el poblado
costero de Punta Alegre, ubicado al norte del municipio de Chambas.