Imagen
tomada de Internet.
El
mundo se mueve hoy en torno a Internet, y Cuba no es la excepción. Facebook, Twitter, Instagram, hasta TikTok
como lo más reciente, son aplicaciones cibernéticas que ya parecen tan comunes
como cualquier otro elemento de la realidad no virtual. Y aunque aún el acceso
a las facilidades que la web ofrece puede resultar costoso para la media de los
cubanos, ¿quién nos dice ahora que debemos volver a épocas precedentes en las
cuales estos temas, parecían tan lejanos como un viaje a la Luna? Pero en el caso
particular de la nación caribeña, el asunto de las redes sociales es un
verdadero enredo, por la manipulación constante de la vida nacional, algunas
veces escondida tras reclamos lógicos de la población.
Analicemos
las más recientes. ¿Quién no ha visto una foto, video y hasta texto acompañante
de una cola? Ahora mismo esta es la reina de la corona de quienes buscan, como
decimos en buen cubano, hacer leña del árbol caído y abonar el descontento que provoca
una larga fila de personas en busca de algún recurso para llevar a casa.
Es
verdad, las colas son angustiosas, pero los denunciantes permanentes de dicha problemática,
atacan las consecuencias, no las causas que las desencadenan. ¿Qué cambió de 2
años a hoy? Pues aunque suene a discurso de Tribuna Abierta, no hay otra respuesta
que el recrudecimiento del bloqueo norteamericano bajo la administración de
Donald Trump. ¿Por qué los reporteros de las colas no reflejan en sus
publicaciones estas verdades? ¿No creen que si estuviese en manos del Gobierno
cubano las colas desparecerían hoy mismo? A veces hay que pensar un poco más
antes de subir algo a Facebook, que tal vez haga más daño que beneficio.
Y en
esto del lleva y trae de las redes sociales surge otro tema, la venta de
productos en algunas tiendas mediante tarjetas bancarias en monedas libremente
convertibles. Ya hablan por doquier de diferencias sociales, las que por cierto,
existían antes de esta decisión. Todo el mundo no tiene un pariente en la yuma que le mande dólares y euros, pero
vuelven a irse por las ramas, y no hablan de las esencias, acá no se busca otra
cosa que captar capital, dinero duro, que permita sostener a un país que desde
hace más de 3 meses no cuenta con su motor económico fundamental: el turismo.
Lo
dijo el Presidente cubano: parece una medida que favorece a pocos, pero que a
la larga repercutirá en todos. ¿Por qué no se enjuicia en publicaciones de
Internet el ataque a las remesas familiares por parte del gobierno norteamericano?
Están ansiosos desde allá por tumbar la Western Union, y de eso muy pocos se
pronuncian. ¿Acaso se le pide a Díaz Canel y sus ministros quedarse impasibles
y no buscar soluciones?
Y si
estos ejemplos te parecieran poco, ahora se utiliza la lamentable defunción del
reguetonero cubano “El Dany”, para atacar en las redes del enredillo, como
diría un colega de trabajo, al sistema de salud cubano. Es verdad que “Yomil”,
quien integraba dúo musical con el joven fallecido, dijo en Internet que la
muerte fue provocada por una negligencia médica.
Ni contarles
cuántos titulares surgieron a raíz de ese momento. ¿Qué sucedió en este caso?
Para ello se debe esperar, porque la propia Dirección Provincial de Salud de La
Habana explicó en una nota que se creó una comisión de expertos que estudia las
causas de esta muerte, resultados que se harán públicos si la familia lo desea.
De esto último se dijo prácticamente nada en las redes, claro, porque lo
importante para los manipuladores es asegurar ya, sin pruebas científicas, que “El
Dany” murió por culpa de la medicina cubana.
Nuestro
país no es impecable, ni libre de problemas, pero tampoco tan catastrófico como
a veces desde Facebook se dibuja.
Quizás
cuando escriba estas palabras, ya otro rumor circule contra Cuba en la web, y
algunos de manera ingenua, o no, se presten para seguirles el juego a los
orquestadores de tormentas perfectas, que buscan, no lo dude, cambiar lo que
hace más de 6 décadas no han podido por cualquiera de las vías.
Nuestra
guerra del siglo XXI es digital y para ella debemos armarnos de argumentos y
razones, porque no deja de tener validez aquello de que trincheras de ideas,
valen más que trincheras de piedras, aunque contextualizando diríamos:
trincheras de ideas, pueden más que tuits y post en Facebook.
https://www.aldiafl.com/periodista-de-radio-chambas-enfrenta-la-redes-sociales/?preview=true
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