Tomado
de CubaMinrex

El
centro de la inmoral calumnia consiste en alegar, sin fundamento alguno, que
Cuba incurre en la trata de personas o la práctica de la esclavitud y en
pretender denigrar la meritoria labor que voluntariamente desarrollan y han
desarrollado a lo largo de la historia cientos de miles de profesionales y
técnicos de la salud cubanos en varios países, particularmente del Tercer
Mundo.
Se
trata de una injuria contra los programas bilaterales e intergubernamentales de
cooperación, todos legítimamente establecidos entre el gobierno cubano y
gobiernos de decenas de países, que han sido consecuentes con las pautas de las
Naciones Unidas referidas a la cooperación Sur-Sur y han respondido a los
requerimientos de salud que esos propios gobiernos han definido soberanamente.
Es
un atentado contra un esfuerzo solidario que ha recibido el reconocimiento de
la comunidad internacional y el elogio específico de los más altos directivos
de las Naciones Unidas, de la Organización Mundial de la Salud y de la
Organización Panamericana de la Salud.
Estas
mentiras son reveladoras de la baja catadura moral del gobierno de los Estados
Unidos y los políticos que se dedican al negocio de la agresión a Cuba. La
campaña cuenta con fondos millonarios y la complicidad de varios de los grandes
medios de difusión y, en particular, de reporteros inescrupulosos que
sacrifican su supuesta imparcialidad y objetividad al servicio de los intereses
políticos del gobierno de los Estados Unidos.
Durante
décadas y hasta hoy, en aquellas naciones con condiciones económicas más
desfavorables, esa cooperación se ha brindado y se brinda como gesto solidario,
cuyos gastos cubre Cuba prácticamente en su totalidad. De igual modo y en línea
con las concepciones de las Naciones Unidas sobre la cooperación entre países
en desarrollo, esta se ofrece en varias naciones sobre la base de la
complementariedad y la compensación parcial por los servicios prestados.
Consiste
en un intercambio totalmente justo y legítimo entre países en vías de
desarrollo, muchos de los cuales cuentan con riquezas naturales, dimensiones
económicas o grados de desarrollo industrial superiores al de Cuba, pero
carecen de los recursos humanos que nuestro Estado ha logrado generar; de
profesionales abnegados y humanistas dispuestos por su propia voluntad a
trabajar en las condiciones más difíciles; y de las concepciones de cobertura
de salud que años de experiencia exitosa nos han permitido edificar.
Los
técnicos y profesionales cubanos que participan en esos programas lo hacen
absolutamente de manera libre y voluntaria. Durante el cumplimiento de su
misión, continúan recibiendo íntegramente su salario en Cuba y disponen,
además, de un estipendio en el país de destino, junto a otras formas de
compensación.
En
los casos en que Cuba recibe compensación por la cooperación prestada, esos
colaboradores tienen el mérito de brindar un aporte altamente valioso, justo y
totalmente legítimo para el financiamiento, la sostenibilidad y el desarrollo
del sistema de salud masivo y gratuito que es accesible a todos y a cada uno de
los cubanos, así como para los programas de cooperación que se despliegan en
muchas partes del mundo.
El
acceso a la salud es un derecho humano y Estados Unidos comete un crimen al
pretender negarlo u obstaculizarlo con motivos políticos o de agresión.
La
Habana, 29 de agosto de 2019
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