lunes, 15 de octubre de 2018

Las 2 caras del bloqueo


Por: Yaimer Mujica Pérez.
Nací en el año 1988, y claro que en aquel día del mes de septiembre, estaba allí mi familia, pero no solo ellos; al llegar al mundo también arribaba con una marca invisible que ha limitado mi vida, como la de millones de cubanas y cubanos.  El bloqueo económico de los Estados Unidos a Cuba ha sido eso, una especie de calvario tropical o espada de Damocles, que hemos tenido que soportar contra nuestra propia voluntad.
Sus efectos siempre han estado latentes, aunque en la época de las “vacas gordas”, cuando desde la Unión Soviética venían grandes cantidades de productos de todo tipo, por supuesto que se sentía menos. Muchos recuerdan con nostalgia la etapa de las latas de carne rusa, o de cuando los huevos sobraban para manifestaciones ideológicas que después fueron reconocidas como errores.

Mi suerte no fue mucha, porque solo viví los 2 primeros años de mi existencia, en medio de aquel paraíso que desapareció de la noche a la mañana, y sin Arca de Noé.  Y claro que no me acuerdo de nada de aquello; en mi memoria están los días grises del período especial, en los cuales el bloqueo se hizo más evidente en nuestra vida cotidiana.
Cifras, anécdotas, testimonios; son las principales pruebas que están ahí, para demostrar el carácter genocida y criminal de esta política, adjetivos que se repiten una y otra vez, pero que son reales. Por eso, cada año vuelve a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una resolución que ejemplifica por qué luchar contra este cerco, que sigue siendo, el principal freno al desarrollo económico que todos esperamos, para que la vida diaria sea más sosegada.
Pero no son pocos los que se refieren al otro “bloqueo”, el de carácter interno, y no dejan de tener razón los que así piensan. Ellos se refieren a la burocracia que limita a las fuerzas productivas, o la corrupción y el desvío de recursos, e incluso, la improductividad y la indisciplina laboral, entre otras manifestaciones, con las cuales convivimos, y de no ponerles límites, pudiesen ser tan perjudiciales, o más, que el bloqueo norteamericano.
Es verdad que algunos funcionarios utilizan la política de acoso financiero de los Estados Unidos, para justificar su ineficiencia y errores; contra esto tenemos que luchar con la misma vehemencia que vamos a la ONU, a defender nuestro soberano derecho a ser libres e independientes.
Por eso, siempre hay que volver a las ideas de Fidel, no como simple referencia política, sino porque en el pensamiento de él, encontramos respuestas a no pocas de estas problemáticas y su peligros. El 17 de noviembre de 2005, le dijo a los jóvenes en la Universidad de la Habana: Esta Revolución puede autodestruirse; los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla y será culpa nuestra.”
Entonces, tomemos el catalejo para mirar hacia afuera, pero también a lo interno, solo así, haremos irreversible un proceso que ha sido difícil edificar en medio del bloqueo.

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